Con un poco de positivismo y el ON puesto en la felicidad, todo es mejor.
La tinta negra tiene un poder fuerte de opacidad, como un cruel y absurdo chapapote que envenena las orillas.
Pero la imaginación y la voluntad de ver más allá,
permitirá que nuestros sentimientos se mezan con otros colores, otras formas y otros
objetivos.
Conseguir la paz interior hace que en un pequeño rincón perdido,
cerremos los ojos y se pueda oler a mar.
Dejo que rice mis sueños como el real riza mi pelo y...
como si de verdad pudiera tenerlo en frente:
salvaje y libre.
Mientras,
una lectura entretenida, una cervecita fresca y por fin un poco de descanso...
conciliarán nuestros deseos con nuestras realidades.
Poder sentirnos vivos...y que valga la pena.
Eso sí es un lujo.
Que vaya colocándose Agosto...que le hago sitio.
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