Finales de julio

Hace mucho tiempo aprendí que el dolor oferta para su superación dos caminos:

. vivir sufriendo con amargura sobre lo que se tuvo y se perdió o sobre lo que no tendremos  ( sin ser capaces de levantar la mirada, forjando realidades falsas sobre los demás hasta creerlas y dejando pasar los días hundiéndose hacia adentro envejeciendo solos)

. vivir la realidad que nos llega, lo más felices posible, admitiendo que, tristemente fuera, puedan crear un falso presente que no coincide en absoluto con el nuestro (una vida que no existe, que no es en absoluto la nuestra, creada desde el dolor con la imaginación más triste : críticas sin datos reales y con pensamientos en espiral cada vez más oxidados )

La vida de los demás sólo puede juzgarse ( y aún así!) con una información real y el conocimiento del día a día y un presente compartido.
y, tristemente, cuántas veces nos equivocamos!

Ante esto sólo queda coger aire, no agarrarse al rencor. seguir caminando con el amor a nuestra familia, a nuestros verdaderos amigos, manteniendo y vigilando nuestros valores.
 creyendo en ellos.

Aquellos que hablan de los demás, sin datos reales, sin saber nada,
dictando con la hiel en la garganta, 
no serán capaces nunca de saborear la dulzura del perdón... 
ni de un verdadero abrazo.

Julio va pasando y con él tantas cosas.
la vida siempre sigue. incluso aunque vayamos dejándola cuando nos toque
y es demasiado corta.
Por eso lo más importante es ser consciente de que el amor, al final, siempre llega más lejos que el odio.




Podemos elegir cuál de los dos caminos seguir, es voluntad de cada uno:


libremente escribir cada día con colores ( todos caben...también los días grises, no pasa nada)

o invadir de negro lo que nos rodea,
 dejando que nuestro corazón se convierta en un consumible plato congelado de chipirones en su tinta.