domingo, 15 de julio de 2012

Vacaciones de VERANO

Cuando éramos pequeños las vacaciones de verano marcaban la gran pauta.

A partir de ese momento todo cogía otro ritmo:
la familia se encontraba continuamente por los pasillos ( ...aquellos tan largos!) 
y nuestra madre trabajaba ....todavía más.
Recuerdo los inacabables y complicados preparativos de las maletas 
y el cosquilleo en la tripa con la emoción del viaje...
!que lo era!


Supongo que muchos de mi generación recordarán las "Galletas Surtidas Cuétara": el edén!!!
  2 capas para elegir  ( siempre por turno y de una en una ) y disfrutar del glorioso instante de escoger el primero. Siempre la que tenía envuelta la fina capa de chocolate en papel de plata: qué lujo.
Al final iban quedando siempre las mismas: las margaritas con un centro de chocolate (discreto y sequillo) y otras que tenían un dibujo de trenzado como reclamo...y poco más.
No estaba permitido coger de la capa de abajo hasta que la superior no estuviera acabada....
pero levantábamos una esquina de la bandeja de arriba echando el ojo a nuestras preferidas para estar más "espabilados" en el próximo reparto. 
Algo tan pequeño como esa caja "especial" de galletas del viaje se convertía en un acontecimiento entre los hermanos acostumbrados a las "María" Fontaneda como única alternativa.


Todo ello pertenecía a la dinámica del "viaje".
También los nervios de mi padre para conseguir meter las maletas en el maletero ( realmente una obra de arte) y sin embargo su imposición a cambio (si o si ) de que la jaula con el pájaro  también viniera.


El "¿cuánto falta?", 
los turnos de ventanilla,
los mareos en las curvas llegando al puerto de Urquiola 
y finalmente la sensación de frescor y humedad al llegar a Lekeitio.
Y el mar.
Todo era grande y eterno.
 2 meses en los que crecíamos centímetros y nos brillaba más la mirada.


¿Y quién de mis hermanos no recuerda "el reloj de cucu" que atrasábamos disimuladamente siempre cuando iban llegando las 10 de la noche?
Ahora ya no funciona, ni dicta la hora de llegada.
 Pero sigue conmigo...
 con sus agujas paradas
 siempre en las 10 menos 5.




Tiempo de verano.
besos a todos.


                                     ***


Nueva en la familia sin nombre fijo

llega con el verano y el abandono.
gracias a Tristán y Marisa que la recogen y la cuidan hasta que ya vive en familia.
es muy lista y no para de jugar.
!qué suerte has tenido gatita!


la vida sigue y sólo los corazones sin rencor son capaces de ser felices con las pequeñas cosas que nos regala la vida.


Quizá el gran problema, el mayor de todos, 
es no ser capaz de verlo.


La gatita todavía no tiene nombre.
está aprendiendo a ser limpia y a vivir rodeada de cariño.




Ser siempre algo niño en los recuerdos y en los sueños...
 nos ayuda a ser felices cuando somos mayores...de forma simple.


Y hace que el amor viva a nuestro lado de forma transparente e inmensa, llenándolo todo.



Gracias a la vida que siempre se reincorpora 
y al verano que nuevamente nos trae felicidades que caben en una mano pero,
 de tan grandes, 
se desbordan como los latidos del corazón.



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