martes, 4 de marzo de 2014

Me ha entrado agua en el zapato

A fuerza de tanta lluvia me ha entrado agua en el zapato. 
Una pinza de ropa y Araldit.


A veces sale el sol, pero le pueden los grises.
Bueno, yo creo que más bien diría que se deja.

El viento de Marzo se empeña en traerme tesoros a la puerta, que barro como la ratita presumida…
"Limpio mi casita lalarálarita…”
Y abrigo mi día y mi noche como si, forrándome así,
no hiciera falta la cebolla en la tortilla de Loli.


Anoche soñé con el Sur.
El que está más abajo de todos los Sures.

Me despertó el sonido zzzzzhhhhuuuuuuuuuuzzzzuuuuuhhhhh 
en la ventana, pero no era mi Levante.

Aquí el viento sólo arrastra papeles y colillas.
 Billetes de Metro, las últimas hojas.

El de allí sin embargo, me despeina las penas 
y me riza la azotea.


Marzo ha entrado para pasear por delante ofreciéndonos cambios:  
más tiempo de luz en las tardes y más color en las macetas. Más.

Asumámoslo : no son los Grandes Almacenes, aunque insistan.

Somos nosotros los que decidimos,

cuándo dejar entrar la Primavera.






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