un otoño amarrado al verano

"Dicen" en los anuncios publicitarios y en las "fechas establecidas"que ya estamos en otoño.
Bueno, desde hace ya días.

Como todo está revuelto ( de setas y espárragos )   atrasamos la organización de la ropa de los armarios
y seguimos disfrutando de las terracitas y la manga corta amarrándonos al verano.

En las fruterías vemos higos, uvas, ciruelas y unos tímidos membrillos.


Anochece más temprano y los niños llenan de alboroto los patios de recreo.

                                                       Huele a goma de borrar.


Y en el Taller vamos incorporándonos lentamente con todavía algo de bronceado y arena en los bolsillos.

Sin embargo los "Pequeños Pintores", con más capacidad de adaptación que los adultos, se levantan por la mañana de un salto y presumen de mochilas nuevas y planes presentes.
Llegan por las tardes divirtiéndose por el camino y sonando fuerte el timbre de la puerta de colores.

Hoy les he traído unos racimos de uvas para sentir/pintar mejor el mes de Octubre  (con la vista, el tacto, el olfato y el paladar).
Y, ellos, esos duendes pequeñitos de 5 y 6 años que revolotean alrededor de los colores y los pinceles lo han plasmado en los primeros lienzos del curso.

No puedo dejar de emocionarme cuando veo la facilidad que tienen para lanzarse en una tela blanca.Sin temores ni complejos.Sin inseguridades.

                         Como un juego: "qué suerte! tenemos modelos de cuadros que luego se comen!"

                                                  Comienza un nuevo curso de uvas verdes.
                                              Vuelvo a estar rodeada de risas y felicidad bajita.

Octubre.
besos a todos.
laura