Abrimos la puerta a la alegría, al esfuerzo, a la vaguería sana,
al compañerismo, a la individualidad, a la risa en compañía.
Entra el sol,
y la tarde, más larga, se queda con nosotros.
Todo se llena de planes, realidades y sueños.
Marzo pasó con sus noches y sus días.
Nos gusta más abril.
Elegimos disfrutar de la felicidad de las pequeñas cosas.
(no nos gusta correr por las grandes superficies con ascensores
que suben y bajan ofertas de ansiedades)
Y desde luego,
compartir alegría a guardar ceros en el banco.
Preferimos el hoy.
El ahora.
Te vienes?