Marzo ha entrado con fuerza.
Inestable y casi malhumorado.
No vamos a permitir que con sus lluvias o su frío nos confundan.
Él es el que abre la Primavera y nos regala tardes más largas.
El que florece los almendros y hace brotar todo:
risas y lágrimas.
Quizá ése sea su cometido este año : enlazar lo malo con lo bueno.
Quitar y regalar.
Asustar o mecer sueños.
Todo a la vez y a su antojo.
Nosotros podemos decidir ( y debemos) con qué quedarnos de lo que nos ofrece.
Qué destacar de nuestro día u olvidar de nuestra noche.
Por qué nos hemos emocionado o qué hecho nos deja indiferentes.
Colocar las baldosas que nos rodean y quiénes están en ellas.
Plantar flores y señales positivas.
Regar sueños.Dormir penas.
Desde la ventana veo crecer despacito la menta.Verde y alegre.
Aparecen los hormigueros y el cielo pasa de azul a gris ...
y de sol a luna llena.
Tengo más caídos los párpados y más gastadas las manos.
Pero si cierro los ojos y escucho, el silencio suena a vida.